México cierra un año sin precedentes de descubrimientos en zona maya

Ciudad de México, 20 dic (Prensa Latina) El 2023 es un año sin precedentes para la arqueología e historia de México gracias a hallazgos que el Tren Maya permitió en el sur-sureste donde se asentó la mayor parte de pueblos originarios.
Así lo dio a conocer el Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH) en un informe que circula hoy en el cual se destaca el papel jugado por los especialistas de esa institución.
Señala que el año que concluye está ya marcado por el inicio de las operaciones del Tren Maya, una obra de transporte, turismo y justicia social también sin precedentes en México, la cual requirió de un inédito plan de investigación arqueológica y conservación del patrimonio cultural, impulsado por la Secretaría de Cultura Federal y el INAH.
Los esfuerzos del INAH, sumados a los del personal de la Secretaría de la Defensa Nacional y del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, así como al de jóvenes estudiantes y egresados de una decena de universidades públicas y privadas del país, permitieron que en los primeros meses de este 2023, se otorgara el visto bueno para las obras constructivas en los siete tramos del megaproyecto, los cuales suman 1,554 kilómetros de vías, expresa.
Derivado de ese trabajo y del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas en 29 sitios ubicados en Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, este año fue pródigo en lo que respecta a hallazgos arqueológicos en el área maya mexicana, precisa el texto.
En un resumen de estos últimos, recuerda la imagen tallada en piedra de un personaje con un faldón decorado con huesos y en cuya mano sostiene la cabellera de un cautivo, el cual fue descubierto en la Zona Arqueológica de Ek’ Balam, en Yucatán.
Ahí también fueron identificadas siete tapas de bóveda recubiertas con pintura mural y un chultún (depósito de agua) reusado por los antiguos habitantes como cámara funeraria.
Otro espacio mortuorio se identificó en Palenque, Chiapas, conformado por un entierro primario completo y otro secundario acompañado por una ofrenda de tres platos cerámicos y un nicho con figurillas de piedra verde.
En el Tramo 7, de Bacalar, en Quintana Roo, a Escárcega, en Campeche, se recuperaron dos piezas relevantes: una vasija con la representación del dios K’awiil, vinculado con el rayo, la fuerza y el poder; y la efigie del numen maya de la muerte, reconocido por su modificación craneal de tipo tabular erecta, su nariguera y un antifaz que cubre su rostro descarnado.
En la Zona Arqueológica de Moral-Reforma, en Tabasco, la implementación del programa permitió realizar estudios de antropología física a 13 entierros humanos asociados con un templo antiguo, denominado Estructura 18, confirmando que algunos de ellos fueron decapitados y ofrendados de forma ritual a dicho edificio.
Además, se registraron los hallazgos de dos conjuntos habitacionales en Kabah, en Yucatán, y el de una estructura circular consagrada al dios del viento, Kukulcán, en la Zona Arqueológica El Tigre, en Campeche.